miércoles, 28 de noviembre de 2012

MARTINA IÑIGUEZ PONE LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES


Escribe Walter Ernesto Celina
20.11.2012
Escribe Walter Ernesto Celina
20.11.2012

Hace apenas unos días la periodista Victoria Molnar entrevistó en Buenos Aires a la relevante investigadora Martina Iñiguez.
Desde hace no menos de diez años la talentosa argentina pasó del campo de la producción poética al estudio sistemático de la vida de Carlos Gardel. Adquirió, amplió y transmitió, con pesquisas originales propias, la convicción primaria que le infundiera el docente universitario Nelson Bayardo -arquitecto emérito y conocedor profundo del legado de “El Zorzal”-: Gardel es uruguayo.
El hallazgo reciente, efectuado por ella y el escritor Ricardo Ostuni, de un documento policíaco que da información de las andanzas juveniles del gran Carlitos, ha alborotado el avispero. Últimamente, otros episodios conexos han jugado para poner blanco sobre negro las dos tesis en juego sobre la nacionalidad del artista y, a todo esto es a lo que alude la conversación que tuvo lugar entre la pesquisadora y su requirente.
A grandes zancadas, algunos conceptos.

¿QUÉ ESCONDE LO DEL GARDEL FRANCÉS?
Molnar dispara su primera pregunta: -¿Hay un interés argentino de que Gardel sea francés?
Responde Iñiguez: - Ninguno. En nuestro caso queremos demostrar, y tenemos elementos para hacerlo, que Carlos Gardel nació en Uruguay y se nacionalizó argentino. Si cae la nacionalidad uruguaya, cae también la argentina, así que defender el origen oriental de Gardel es defender también su nacionalidad argentina, única jurídicamente vigente, ya que nunca fue anulada. Significa que los dos países del Río de la Plata compartimos al cantor de tangos más importante de la historia. No hay razón para pelear por eso, el problema es que deja orgullos heridos y, sobre todo, en este momento contradice fanatismos que sostienen lo contrario.
Continúa el diálogo: -¿A qué obedece ese "fanatismo" por la versión francesa, y qué opinión le merece el libro "El padre de Gardel"? (1).
-Puede ser por razones emotivas o por ignorancia. También porque hubo un fraude y quienes lo sostuvieron, durante muchos años, ahora no quieren reconocer que se equivocaron. No es posible, analizando a fondo la historia, no darse cuenta de todas las inconsistencias que hay en ese relato. Nos contaron un cuento que no tiene nada que ver con la biografía de los primeros años de Gardel, y del que está probada su falsedad. “El padre de Gardel” es una publicación engañosa en la que ni siquiera tuvieron en cuenta los testimonios del nieto de Paul Lasserre, presunto padre francés. Se le ha dado publicidad en todo el mundo con un enfoque sensacionalista y para vender libros, anunciando el supuesto "hallazgo" de una partida de nacimiento que se conoce desde hace 80 años. Los periodistas que en las últimas semanas reprodujeron tal falsedad fueron sorprendidos en su ignorancia y en su buena fe. Fue algo hecho expresamente, porque ahora Juan Carlos Esteban, el autor argentino del libro y miembro del Centro de Estudios Gardelianos (CEG), dice que no desmiente públicamente lo de la partida para no causar más confusinón y, por otro lado, agrega que "no hay mal que por bien no venga porque así todo el mundo sabe que Gardel era francés".
Esteban ha descalificado y difamado sistemáticamente a todo aquel investigador que hubiera aportado pruebas que contradigan la "historia oficial", o que hubiera cambiado de idea al entender la falsedad de la misma. Nos acusa de negociar con Gardel, de fabuladores; agrede a investigadores en vez de refutar argumentos. Hasta hubo quienes dijeron que tengo terrenos en Tacuarembó que van a aumentar de manera exponencial si Gardel resulta uruguayo…

LA “HISTORIA OFICIAL” O LA FALSA BIOGRAFÍA
-¿Quién dio origen a esa "biografía falsa"? ¿Había tanto dinero en juego?, interroga ahora Victoria Molnar.
Responde la analista argentina: -Sí, tras su fallecimiento había mucho dinero en juego que vendría por derechos de autor, de sus películas y discos. No tengo cifras certeras, porque en algunos casos no hay registros o se niegan a darlas, pero se estima que los derechos de Gardel produjeron entre 300.000 y 800.000 dólares por año durante 70 años. (2)
La biografía apócrifa del Gardel francés fue creada por quien fuera su apoderado, Armando Defino. A través de un testamento ológrafo irregular, que habría sido fraguado o falaz -nadie puede cambiar su identidad ni nacionalidad después de muerto-, se nombró albacea testamentario y comprometió en el fraude a Berta Gardes, asegurándose así el silencio y dependencia de sus decisiones de la misma. Defino se movió rápido para difundir la versión del origen francés, nacionalidad que necesitaba afianzar para detener la repatriación de los restos que comenzaba a gestionarse en Uruguay. La tan mentada "partida de nacimiento" fue un documento original con el que engañaron a los jueces, pero investigaciones posteriores demostraron que en realidad, pertenecía a Charles Romuald Gardes, nacido en Toulouse en 1890, hijo natural de Berta como madre soltera y que habría muerto al entrar en la adolescencia. A Defino le hubiera sido fácil pagarle a algún empleado del Registro Civil para que eliminara su nombre de los registros de defunción. Charles era menor que Carlos Gardel, quien habría sido fruto de una relación prohibida entre Carlos Escayola y María Lelia Oliva, su cuñada, de 13 años de edad.

INDOCUMENTACIÓN Y ESCOLARIDAD
Continúa la Sra. Iñiguez: -Carlitos estuvo indocumentado hasta el 8 de octubre de 1920 cuando regularizó su situación ante el Consulado Uruguayo en Buenos Aires donde le fue expedido un registro de nacionalidad, con el que tramita su nacionalización argentina. Es más, Francia no reconoce que Carlos Gardel y Charles Romuald Gardes hayan sido una misma persona. Yo le pregunté a Galopa (uno de los autores franceses del cuestionado libro) por qué no inscribían la muerte de Carlos Gardel en el acta del nacimiento de Charles Romuald Gardes y me dijo: "Porque para eso habría que demostrar que fueron una misma persona".
 Fueron dos personas diferentes y eso se hizo evidente a través del análisis antropomórfico de fotografías infantiles que Berta entregó para reforzar esa biografía falsa a nivel mediático, necesaria dada la magnitud de la figura de Gardel. Una, es el retrato oval de su hijo francés (que aparece en la portada del libro “El padre de Gardel”) y, otra de Carlitos Gardel cursando primer grado inferior. Mediante comparaciones entre las características edilicias de la foto y un plano de la Escuela de Varones Nº 27, ubicada en la calle Durazno 337 (según numeración antigua) del Barrio Sur de Montevideo, se demostró que se trataba del mismo lugar. (3)

LA MADRE ADOPTIVA Y EL NIÑO URUGUAYO
La periodista ingresa en este momento al terreno que patentiza las vicisitudes de Carlitos-niño, con esta consideración: -Signado por el abandono y la indocumentación debe haber sentido un gran desamparo…
Martina Iñiguez le contesta: -Sin duda. Berta Gardes cuidó y apoyó a Carlitos desde un principio, permitiendo que adoptara la identidad de su hijo fallecido para poder desenvolverse en sociedad, lo que luego fue aprovechado por Armando Defino. Carlitos aprendió a querer a Berta y debió sentir un gran agradecimiento porque ella lo quiso como a su propio hijo. De ser francés resulta incomprensible que pudiendo documentarse con esa partida francesa en 1908 estuviera mendigando documentos apócrifos a sus amigos políticos hasta 1920. Presumo que, a pesar de todo, esperaba ser reconocido en algún momento por su familia biológica. Carlitos cantó “Mi Buenos Aires querido”, pero existen pruebas documentadas de que estaba programando pasar sus últimos días en Montevideo. ¿De dónde sale ese amor de Gardel al Uruguay de no haber sido porque era su tierra?
LAS FAMILIAS ENTRAN EN ESCENA
Del modo en que las familias involucradas por presuntos lazos de parentesco con Carlos Gardel entran hoy en escena, lo ilustra este pasaje del diálogo: -¿Cuál es la opinión actual de los descendientes de Carlos Escayola? (4)
-No están todos de acuerdo al respecto. Hay quienes no quieren hablar del tema porque lo consideran vergonzante y otros que quieren reconocerlo como parte de la familia e incluso sostienen que Carlos Gardel hasta le habría reclamado a Carlos Escayola que lo reconociera. Ante la controversia entre la teoría francesista y la uruguaya, fue solicitado por Francois Lasserre la realización de un ADN, que aprueban integrantes de la familia Escayola; una gestión que en Buenos Aires fue impedida a nivel judicial porque el Centro de Estudios Gardelianos dijo a la jueza encargada que no había controversia.
Esteban, si bien reconoce en su último libro que el ADN es la única forma de saber la verdad, no apoya esta solicitud. En principio, habría que definir si el cuerpo que está en el Cementerio de la Chacarita es el de Carlos Gardel. Las autoridades uruguayas podrían solicitar que se realice el estudio a través de Cancillería pero, como la situación entre Argentina y Uruguay ya tiene una cantidad de temas espinosos, creo que no consideran apropiado el momento.
 PRUEBA POR EL ADN
El coloquio entre Molnar e Iñiguez pasa por el tema de pruebas de verificación por el ADN. Cabe anotar que el Sr. François Lassèrre, nieto de Paul Lassèrre (supuesto padre de Gardel según la tesis francesista) en el mes de junio había peticionado ayuda a los gardelianos para impulsar la realización de los análisis que puedan despejar cualquier duda. (5)  
Remitió cartas en francés y español a cuatro autoridades culturales de Argentina, a saber:  Jorge Coscia, Secretario de Cultura de la Presidencia de la Nación; Hernán Lombardi, Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires; José Gobello, Presidente de la Academia de Lunfardo  y a Horacio Arturo Ferrer, Presidente de la Academia de Tango.
 Puntualiza la investigadora al respecto: -Las academias acusaron recibo pero no se tuvo respuesta de los ministerios. Francois Lassèrre ha dicho "Si bien creo sinceramente que Carlos Gardel nació en 1890, en Toulouse, Francia, por honradez intelectual respeto la tesis uruguaya. Sólo la comparación del ADN puede desempatar definitivamente las posturas (…) y clausurar para siempre un antiguo debate, a menudo encrespado, sostenido a lo largo de setenta y siete años. (…) La lógica indica que habría que comparar primero la impronta genética de Berthe Gardes con la de Carlos Gardel; luego, la de Carlos Gardel con mi propia impronta genética, que ofrezco espontáneamente.”  
Cabe consignar que en Uruguay, el Sr. Gonzalo Vázquez Gabor, sobrino bisnieto de Carlos Escayola, comparte tal punto de vista.

DOCUMENTO INÉDITO SOBRE LAS ANDANZAS DE CARLITOS
En relación al legajo policial encontrado por Martina Iñiguez y Ricardo Ostuni, relacionado con datos de Carlos juvenil, expone la Sra. Iñiguez: -Se trata de un prontuario argentino de Gardel, fechado el 14 de agosto de 1915, cuando se presentó a solicitar una cédula de identidad que le fue otorgada y con la que pudo viajar a Brasil el 17 de agosto de ese año. Prueba, entre otras cosas, que cinco años antes de hacer el registro de nacionalidad uruguaya, Carlitos se decía nacido el 11 de diciembre de 1887. Algo muy importante ya que la partida de nacimiento de Charles Romuald Gardes  lo dice nacido en 1890.
El expediente contiene su nombre artístico, firma de puño y letra y huella dactilar En tal momento declaró ser natural argentino, nacido en La Plata; hijo de Carlos Gardel, de profesión empleado, y de Berta Gardel. La expositora anota: -Creo que las complicaciones fueron el resultado de su indocumentación, sumado a que no podía confesar un origen escandaloso. La vida de Carlitos fue una vida de abandono, caída y redención.
COLOFÓN
Sí, una vida que, como en una carrera de obstáculos, la energía y disposición en alcanzar las metas, diluye las huellas negativas de un pasado azaroso. Enaltecido Carlos Gardel por la magia de su arte, alcanzó el   momento prodigioso de ser amado por multitudes y proyectado a un sitial histórico excepcional.
Como con serena sobriedad  sostiene Martina Iñiguez, este rioplatense pertenece, sin  disputa, a nuestros dos pueblos. Sin falsos orgullos, patrioterismos, ni fanatismos.-   

Notas de W.E.C.
(1): Autores Juan C. Esteban (argentino), George Galopa y Monique Ruffiè (franceses).
(2): El matemático e investigador uruguayo Lic. Eduardo Cuitiño acaba de confirmar el altísimo volumen de tales derechos.
(3): Se trata de la impresionante revelación de Iñiguez, tras meses de indagatorias y verificaciones precisas.
(4): Coronel Carlos Escayola, esposo de las tres hermanas Oliva, con las que sucesivamente estableció relaciones matrimoniales.
(5): Véase el blog: http://adngardel.blogspot.com

Fuente: Diario “El País MVD - Domingo 21.10.2012


jueves, 22 de noviembre de 2012

IL MORTO CHI PARLA

Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy - walter.celina@hotmail.com
09.10.2012

Nada más apartado del mundo de los sueños y sus interpretaciones. Sin conexión alguna con la numerología o los juegos de azar. Ninguna vecindad con el antiguo y reidero film de Antonio de Curtis, Totó, el formidable artista de la escena italiana. El camino de mi relato es muy otro.
En el caso a tratar, más que del simbolismo reconocido a la frase de cabecera, ¡habría que hablar de “el muerto que canta”!
Está en prensa una historia gardeliana.

El Licenciado Eduardo Cuitiño, de la Universidad ORT de Uruguay, en una minuciosa investigación expondrá a la consideración pública sus conclusiones acerca de la vida de Carlos Gardel. Para ello se ha basado en la información existente, agregando el resultado de estudios originales. Esta vez, con el instrumento de la matemática integrada a la historia.
En la antesala del evento, en setiembre último, presentó en el auditorio universitario un resumen del trabajo en el cual, a partir de las dos hipótesis sobre la nacionalidad original de Carlos Gardel, derivó nuevas e importantes conclusiones.
        Medidas antropométricas que constan en expedientes oficiales, fotografías personales y de edificios escolares fehacientes, declaraciones fidedignas de actores históricos, caracteres físicos y de personalidad vistos desde la óptica biológica, cotejos fisonómicos de familiares presuntos o auténticos, confrontaciones grafológicas de documentos y evidencias recientes -muchas de ellas obtenidas por la estudiosa gardeliana Martina Iñiguez- y otras más, caen bajo la apreciación del Lic. Cuitiño.
Puede sostenerse ya que la asociación coherente de los datos que está ofreciendo conlleva al estallido de la hipótesis francesista, apartando a Charles Romuald Gardes     -hijo natural de Berthe Gardes- de su otro hijo de adopción, nuestro Carlos Gardel.
Esbozaré algunas verificaciones y contradicciones flagrantes que ventila el analista.

AUSENCIA DE CONCORDANCIAS
En una primera mirada, el niño Charles Romuald Gardes nació de madre soltera el 11 de diciembre de 1890, en un hospital francés La parturienta permaneció internada 25 días ante el abandono de que fue objeto por su familia. El supuesto progenitor, de nombre Pierre Laserre, no reconoció al niño. Berthe Gardes, tras la muerte de Carlos Gardel, en un reportaje con fotografía, exhibe sobre una mesa de luz el retrato del hombre que la agraviara. ¿Sería este el padre de quién? ¿Acaso de Carlos Gardel, nuestro cantante? Tal vez, no. ¿De Charles Romuald? Quizás…
Cursando su adolescencia, en setiembre de 1904, el joven es detenido por vagancia. Declaró haber llegado a Buenos Aires en 1891, pero los registros de embarque dan su ingreso en 1893. En la comisaría tuvo dificultad para calcular su edad y deletrear su apellido. ¿Quién era este muchacho cuyos datos no se compadecen con el de un pupilo enclaustrado, alumno 10 en todas las materias? El registro da un detalle importante de la persona, como se verá más adelante: medía de altura 1,60 mt.

LAS SEÑALES BIOLÓGICAS
Si Paul Laserre fue el padre de Carlos Gardel ¿cómo pueden explicarse ciertos rasgos biológicos del cantante? Para esta cuestión el indagador endereza una batería de preguntas que sólo la ciencia médica puede desentrañar, ya que por el azar no se explica nada.
Las respuestas inclinan el platillo de la balanza a favor de la nacionalidad uruguaya del gran artista. Todo esto habrá que verlo en el libro con sus particularidades.
Entro, apenas, en interrogantes que internan en el asunto: ¿Por qué parecía no envejecer? ¿Por qué tenía una voz tan diferenciada? ¿Por qué carecía de barba y vello corporal? ¿Por qué  Isabel del Valle -la novia de siempre- aseveró que su carácter parecía “el de un  niño”? ¿Por qué carecía de los terceros molares, los “del juicio”? ¿Qué pudo determinar que no se casara, ni tuviera hijos? ¿Qué factor empujaba a acelerar su peso?
Este es un perfil inédito de las investigaciones sobre El Zorzal Criollo.

LA TALLA
Por las huellas digitales el detenido de 1904 era Carlos Gardel, no el francés. Midió 1,60. En 1924, al tramitar la Libreta de Enrolamiento, su altura -sin zapatos- era de 1,64.
Se reputa como un absurdo biológico y estadístico que el individuo crezca sólo 4 centímetros entre los 14 y 20 años. El error surge del equívoco de dar por sentado que Carlos Gardel nació en diciembre de 1890. Y, si no nació en 1890, la famosa partida de nacimiento de Francia, no le corresponde. Es de otro sujeto.
Según Berthe Gardes, Carlitos desaparece de su casa cuando tiene 14 años. Un  día lo ve sobre un carro con un traje de hombre. Las mangas del saco se las habían dado vuelta hasta el codo. Dice que era menudito.
Una comparación que relaciona medidas de brazos y antebrazos por edades lleva a la conclusión que el traje del que hablara la Sra. Gardes tendría que haber sido el de un gigante. Sí, de un individuo cuya altura superaría los 2,26 metros…!
Asimismo y contradiciendo a la señora, una fotografía de casa  El Indio, de Av. 18 de Julio, en Montevideo, tomada en 1905, nuestra un Carlitos juvenil, de excelente aspecto, con traje y sombrero, mayor a quien hubiere nacido en 1890 y, nada diminuto.

COTEJO DE FOTOS DIVERSAS
Si a la Sra. Martina Iñiguez le correspondió hace unos años el mérito de descubrir alteraciones de fotografías, ahora Eduardo Cuitiño recuerda que el investigador español Marcelo Martinez reveló que Berthe Gardes trucó fotos de Paul Laserre y Paul Gardes, en un juego para tomar la herencia de su hijo adoptivo Carlos Gardel.
Se remarca que fue en la Escuela Pública Nº 27, de Montevideo, (emplazada entonces en Durazno y Médanos), en que fue captada la toma del niño Carlos Gardel, formando parte del colectivo de educandos. Resonante hallazgo de la investigadora correntina.
Otro capítulo está dedicado a mostrar las semejanzas entre Gardel y su familia uruguaya. Los cortes establecen las concomitancias faciales con su madre, María Lelia Oliva; con su tío, Clelio Oliva; con Juan Bautista Oliva, su abuelo; con Carlos Segundo Escayola Oliva, su hermano.

TESTAMENTO FALSO
Una revelación impactante tiene que ver con la falsedad del testamento hológrafo (el de puño y letra) atribuido a Carlos Gardel.
Se dio judicialmente por bueno, pero ello no lo santifica históricamente.
El investigador considera que su caligrafía es muy diferente a la de Gardel. Se trataría de un esmerado collage. Advierte similitudes letra a letra, pero se pierde la cohesión en las palabras de trazo largo.
En estimación del autor, la maniobra habría permitido cobrar en un año 800 mil dólares, equivalentes a 6 millones de dólares actuales.

“GARDEL, IL MORTO CHI PARLA”
El Licenciado Eduardo Cuitiño se ha integrado con fuerza al círculo gardeliano. Es profesor universitario en matemática y estadística.
“Gardel, il morto chi parla” es el título de la obra, de inminente lanzamiento. Profundiza en aspectos de la vida de El Mago que han sido objeto de dos hipótesis encontradas: la que lo revela nacido en  Uruguay y la que lo niega, considerándolo francés.
“Hay cosas que los historiadores no pueden ver pero que, sin embargo, las matemáticas sí pueden llegar a analizar”, sostiene el catedrático. Aunque para los menos avisados pueda sonar extraño “este no es un punto difuso en la tesis del origen uruguayo de Gardel” ha remarcado.- 

FUERON POR LANA; VOLVIERON TRASQUILADOS


Escribe Walter Ernesto Celina
03.10.2012

Más allá del misterio estético de su voz cautivante, Carlos Gardel continúa en las noticias.
Los partícipes de la corriente conocida como francesista, sostenedores de la supuesta nacionalidad gala del cantante rioplatense epónimo, han dinamitado sus puentes, reduciendo a escombros su hipótesis.

La calificada investigadora argentina Martina Iñiguez acaba de visitar Montevideo, concediendo una entrevista a la Televisión Nacional Uruguaya - TNU, donde fue reporteada por el periodista Sergio Gorzy, del programa Buscadores. En el coloquio se pasó revista a varios temas. Uno de ellos, el relativo a un canto de sirena: ¡la partida de nacimiento de Charles Romuald Gardes!
Hasta los menos avisados están enterados que este documento existe desde tiempo inmemorial. Fue presentado en las instancias de la apertura sucesoria para actuar sobre los bienes del gran Carlitos.
La Sra. Iñiguez remarcó que el libro El padre de Gardel (que por coincidencia diversionista toma el título de un film antes rodado en Tacuarembó), “revela” el surgimiento de la partida de referencia. Fue apenas un bluff. La investigadora dejó en claro que además de no tratarse de ningún hallazgo, el certificado lo que prueba es sólo que  nació en Francia una criatura que se llamaría Charles Romuald, siendo hijo de una señora de apellido Gardes. Sólo eso.
A la muerte de Gardel y para captar los beneficios hereditarios, por un hábil mecanismo de sustitución de identidades, se superpone la partida de ese individuo a toda la historia y documentación real del cantor.

Otro reconocido intelectual e investigador argentino, Ricardo Ostuni, se detuvo en la gran noticia de la aparición de la partida de marras, ventilada por el  diario porteño La Nación. Le remitió una comunicación que circula en los ámbitos gardelísticos latinoamericanos.
Manifiesta: Señor Director: No comprendo cómo el diario de su digna dirección puede publicar la nota aludida, sobre el supuesto hallazgo de la Partida de Nacimiento de Gardel, cuando la misma es conocida desde hace 80 años y fue, precisamente, la que sirvió para homologar el testamento en favor de la señora Bertha Gardes.
Tampoco entiendo el sensacionalismo de los autores, ni la razón por la cual se adjudican el hallazgo, siendo que el mencionado documento fue extendido en 1921, según puede leerse en cuánta publicación respecto de Gardel existe.
El periodista que ha escrito la nota fue sorprendido en su ignorancia y en su buena fe.
Atentamente (firmado) Ricardo Ostuni”

A todo esto, los autores del opúsculo parisino se ven confrontados con François Laserre, nieto del presunto padre de Charles Romuald Gardes. En un cruce de cartas con  el Sr. Juan Carlos Esteban, coautor del libelo, el descendiente francés pide cotejar su ADN con el de Gardel, cuyos restos están encriptados en el panteón bonaerense de La Chacarita. Esto llevaría a demostrar que también sería falsa la historia complementaria, por la que Paul Laserre hubiera sido el gran amor de Bertha Gardes.

Mientras por el canal oficial de Uruguay hablaba la historiadora gardeliana, en pantallazos fue mostrado en vivo el Sr. Gonzalo Vázquez Gabor.
Se trata de  un ciudadano compatriota, funcionario técnico del Ministerio del Interior. Respalda la posición del Gardel tacuaremboense. Y lo hace desde un ángulo inobjetable. Se proclama sobrino bisnieto del Gardel único y auténtico y, también, solicita la prueba de ADN.
El aislamiento de la hipótesis del núcleo francesista cae por doquier. Podría decirse, con un lenguaje en uso de tiempos idos: “¡Fueron por lana y volvieron trasquilados!”.-

lunes, 15 de octubre de 2012

CARLOS GARDEL - CIUDADANO URUGUAYO, NACIONALIZADO ARGENTINO


Escribe Walter Ernesto Celina
07.10.2012

La falsa noticia acerca de “la aparición” del acta de nacimiento de Carlos Gardel (*) ha servido para poner sobre la mesa la cuestión de la nacionalidad real del gran maestro del canto rioplatense.
Desde hace ocho décadas se conoce que en el hospital francés Saint Joseph De La Grave, el día 11 de diciembre de 1890, a la hora 14, tuvo lugar el nacimiento de un niño, hijo de la Sra. Berthe Gardes y de padre desconocido. Respondería al nombre de Charles Romuald Gardes. Dos días después, la madre efectuaba el reconocimiento en el Registro de Estado Civil de su hijo natural.
No hay nueva documentación y, ni antes ni ahora, se ha probado que aquel infante fuera Carlos Gardel.
El Dr. Carlos Arezo, Director General de Cultura del Departamento de Tacuarembó, ha divulgado un preciso examen jurídico con los antecedentes filiatorios de Carlos Gardel.
Tras recordar que el artista en vida siempre usó documentación uruguaya y efectuó declaraciones múltiples que así lo avalan, estudia los tiempos y características en que se determinó su ciudadanía:
“En 1915 cuando Carlos Gardel todavía no era el famoso cantor, debuta con José Razzano, en el Royal Theatre de Montevideo. A partir de entonces, se acentúa el nivel de actuaciones exitosas fuera de Buenos Aires, lo que implica la necesidad de requerir solución al grave problema de su identificación.
Enterado de las recientes normativas uruguayas para regularizar estados de indocumentación para uruguayos en el extranjero, Carlos Gardel se presenta el día 8 de octubre de 1920 ante el Consulado Uruguayo de Buenos Aires. Al amparo de las leyes consulares de 1906 y del decreto reglamentario de 1917, tramita su solicitud de matrícula de ciudadanía en el expediente número de orden 10.052, donde declara haber nacido en Tacuarembó, Uruguay, el día 11 de diciembre de 1887, ser soltero, artista y domiciliado en la calle Rodríguez Peña 451, de la capital argentina.
En los datos filiatorios, menciona como padre a Carlos, de nacionalidad uruguaya, fallecido, y como madre a María, de la misma nacionalidad, también fallecida. (Ver más abajo asterisco. Adviértanse los nombres de pila declarados, coincidentes con los del Cnel. Escayola y su esposa Oliva. Subrayados de W.E.C.)
En el lugar reservado a los “justificativos presentados”, no consta la exhibición de ningún documento previo. Incluye, el nombre y la firma de dos testigos fidedignos, José Razzano y un policía residente en Buenos Aires, Juan Laguisquet, ambos uruguayos.
(*)Es necesario puntualizar que Berta Gardes vivía en 1920 (recién dejó de existir en el año 1943).”
A continuación el Dr.Arezo estampa sus conclusiones:
A) Esta presentación personal en el Consulado Uruguayo, integra la categoría de casos de auto inscripción, posibilitada por el artículo 86 del decreto reglamentario de 1917, para ciudadanos uruguayos en el extranjero totalmente indocumentados.  
B) Cumplió con todas las formalidades requeridas por la normativa especial de regulación de la organización consular y el Agente Consular actuó dentro de los límites de las atribuciones que tenía  para recibir este tipo excepcional de inscripción de ciudadanos.
C) El contenido del acta, con lo manifestado libremente por el declarante y corroborado por testigos “fidedignos” nacionales, personas de conocimiento de aquel.   
En consecuencia, el documento fue expedido por autoridad competente, dentro de los límites de sus atribuciones, según las formas requeridas por la ley y que, como tal, es un documento válido, eficaz, de credibilidad obligatoria y con todos los efectos de constituir una prueba supletoria de estado civil, que la valida como tal.    
Esta acta de inscripción tiene el valor de registro de nacionalidad, supletoria de los registros de Estado Civil. Es el documento de prueba de la inscripción en el Registro del Estado Civil, en el Libro de Nacimientos, cuando nace un ser humano. Constituye el documento de identidad que suple a la partida de nacimiento. Por otra parte, nunca fue controvertido ni discutido en vida de su titular, circunstancia que avala su vigencia.”
Como advertirá el lector, el acto jurídico encuadra como una manifestación de la autonomía de la voluntad, determinando la constitución  del estado civil de la persona y su existencia misma, con  arreglo a derecho.
El Dr. Carlos Arezo analiza seguidamente las connotaciones de los pasos después dados por nuestro cantante:  
“Con los certificados de la inscripción expedidos por el Agente Consular Uruguayo, Carlos Gardel pasó posteriormente por el tamiz de innumerables trámites que le permitieron obtener otros documentos en los cuales se ratifica el contenido de la declaración en el acta de  inscripción de la matrícula en el Consulado Uruguayo de Buenos Aires.
   A los pocos días, el 4 de noviembre de 1920, obtiene la Cédula de Identidad Argentina No.383.017, donde consta también su nacimiento en Tacuarembó. 
El día 7 de marzo de 1923, solicita la Carta de Ciudadanía Argentina. A tales efectos acompaña el testimonio de dos testigos y dos constancias, la de su nacimiento (subrayado por W.E.C.), el certificado del Agente Consular uruguayo y un certificado de buena conducta No.218.125, expedido por la Policía de la Capital Federal, de fecha 15 de febrero de 1923, otorgado por el Jefe de Investigaciones Eduardo de Santiago.
Haber optado por la ciudadanía legal argentina implicó una decisión voluntaria, expresión de libre elección, acto volitivo y de conciencia. Fue un reconocimiento a su patria artística, lo cual nadie puede desconocer.
Por supuesto, tal calidad le impuso un compromiso solemne de cumplir con el régimen legal de su nueva patria.
Esta ciudadanía argentina, lograda con el certificado del Registro de Nacionalidad Uruguaya, sirvió para obtener otros documentos personales: la Libreta  de enrolamiento del 21 de junio de 1927; la Carta aval de París del 16 de marzo de 1931; el Pasaporte de Niza del 13 de diciembre de 1932 y la Cédula de identidad, expedida en San José de Puerto Rico, el 20 de abril de 1935. En forma coherente, declaró en todos ellos su nacimiento en  Tacuarembó, Uruguay. (Subrayado W.E.C.)

Las secuencias lógicas apuntadas por el Dr. Arezo son incontrastables, relevantes desde el ángulo jurídico y hacen a la historia fidedigna de los hechos.
Se podría señalar que a lo expuesto -antes manejado por varios investigadores-, es susceptible de oponérsele con el famoso Testamento Hológrafo. Pero, para el desmoronamiento total de la hipótesis del Gardel francés, un reciente estudio revela que se trató de una impostura.
También lo veremos.-  

(*) La falsa declaración fue hecha con fines publicitarios por los autores del libro "El padre de Gardel":  Georges Galopa, Monique Ruffié y Juan Carlos Esteban.


domingo, 7 de octubre de 2012

"EL PADRE DE GARDEL"


FUERON POR LANA; VOLVIERON  TRASQUILADOS
Escribe Walter Ernesto Celina
03.10.2012

Más allá del misterio estético de su voz cautivante, Carlos Gardel continúa en las noticias.
Los partícipes de la corriente conocida como francesista, sostenedores de la supuesta nacionalidad gala del cantante rioplatense epónimo, han dinamitado sus puentes, reduciendo a escombros su hipótesis.
La calificada investigadora argentina Martina Iñiguez acaba de visitar Montevideo, concediendo una entrevista a la Televisión Nacional Uruguaya - TNU, donde fue reporteada por el periodista Sergio Gorzy, del programa Buscadores. En el coloquio se pasó revista a varios temas. Uno de ellos, el relativo a un canto de sirena: ¡la partida de nacimiento de Charles Romuald Gardes!

Hasta los menos avisados están enterados que este documento existe desde tiempo inmemorial. Fue presentado en las instancias de la apertura sucesoria para actuar sobre los bienes del gran Carlitos.

La Sra. Iñiguez remarcó que el libro El padre de Gardel (que por coincidencia diversionista toma el título de un film antes rodado en Tacuarembó), “revela” el surgimiento de la partida de referencia. Fue apenas un bluff. La investigadora dejó en claro que además de no tratarse de ningún hallazgo, el certificado lo que prueba es sólo que  nació en Francia una criatura que se llamaría Charles Romuald, siendo hijo de una señora de apellido Gardes. Sólo eso.
A la muerte de Gardel y para captar los beneficios hereditarios, por un hábil mecanismo de sustitución de identidades, se superpone la partida de ese individuo a toda la historia y documentación real del cantor.
Otro reconocido intelectual e investigador argentino, Ricardo Ostuni, se detuvo en la gran noticia de la aparición de la partida de marras, ventilada por el  diario porteño La Nación. Le remitió una comunicación que circula en los ámbitos gardelísticos latinoamericanos.

Manifiesta: Señor Director: No comprendo cómo el diario de su digna dirección puede publicar la nota aludida, sobre el supuesto hallazgo de la Partida de Nacimiento de Gardel, cuando la misma es conocida desde hace 80 años y fue, precisamente, la que sirvió para homologar el testamento en favor de la señora Bertha Gardes.
Tampoco entiendo el sensacionalismo de los autores, ni la razón por la cual se adjudican el hallazgo, siendo que el mencionado documento fue extendido en 1921, según puede leerse en cuánta publicación respecto de Gardel existe.
El periodista que ha escrito la nota fue sorprendido en su ignorancia y en su buena fe.
Atentamente (firmado) Ricardo Ostuni”

A todo esto, los autores del opúsculo parisino se ven confrontados con François Laserre, nieto del presunto padre de Charles Romuald Gardes. En un cruce de cartas con  el Sr. Juan Carlos Esteban, coautor del libelo, el descendiente francés pide cotejar su ADN con el de Gardel, cuyos restos están encriptados en el panteón bonaerense de La Chacarita. Esto llevaría a demostrar que también sería falsa la historia complementaria, por la que Paul Laserre hubiera sido el gran amor de Bertha Gardes.

Mientras por el canal oficial de Uruguay hablaba la historiadora gardeliana, en pantallazos fue mostrado en vivo el Sr. Gonzalo Vázquez Gabor.
Se trata de  un ciudadano compatriota, funcionario técnico del Ministerio del Interior. Respalda la posición del Gardel tacuaremboense. Y lo hace desde un ángulo inobjetable. Se proclama sobrino bisnieto del Gardel único y auténtico y, también, solicita la prueba de ADN.
El aislamiento de la hipótesis del núcleo francesista cae por doquier. Podría decirse, con un lenguaje en uso de tiempos idos: “¡Fueron por lana y volvieron trasquilados!”.-


lunes, 16 de julio de 2012

PÁGINAS URUGUAYAS - EL ABECEDARIO DE “EL MAGO”


Escribe Walter Ernesto Celina


El Arq. Nelson Bayardo fue un distinguido docente universitario, cuya carrera académica le valió el título de Profesor Emérito en la Facultad de Arquitectura de la UDELAR.
Tras las recopilaciones de antecedentes acerca de la nacionalidad uruguaya de Carlos Gardel -iniciadas por el periodista Erasmo Silva Cabrera (Avlis)-, promovió el cotejo y análisis de materiales dispersos en cientos de artículos prensa, entrevistas y libros referidos a “El Mago”. En una labor igualmente pionera como la de Silva Cabrera, logró una contundente sistematización de datos cuyo efecto fue probar la invalidez de la tesis de un Gardel francés.
La significación de nuestro artista no reside, obviamente, en cuál haya podido ser su lugar de nacimiento, del mismo modo que su grandeza poco tiene que ver con las cualidades de sus progenitores, ni con las incertidumbres que rodearon la existencia del niño y del adolescente.
El estudio de Bayardo es diáfano y no se inspira en ningún interés subalterno. Está exento de cualquier sombra de chovinismo. De la misma cepa son los aportes sustanciados por el Dr. Eduardo Payssé González. Menos aún, podría caber sospecha para los investigadores argentinos y gardelianos integrales, la Sra Martina Iñiguez y el Sr. Ricardo Ostuni, interesados en la verdad histórica.  
 La densidad argumental del Prof. Arq. Nelson Bayardo no se detiene en valoraciones subjetivas. A tal punto acumula argumentos que su lexicón gardeliano abarca todas las letras, de la A a la Z. Cada página pasa por protagonistas esenciales o se detiene en rubros como Fútbol, Edad, Desertor, Testamento. Trabaja para pulverizar argumentaciones falaciosas.
El “1er. Abecedario Gardeliano” fue publicado el 24 de junio de 1994, estando  antecedido en forma inmediata por “C.G. Documentos para la Historia, a más de otros títulos y monografías.
Estos son contenidos de la letra “P”, por los que Nelson Bayardo entra en la vida del cantor de todos los tiempos a través de un músico genial:

 PIAZZOLA EN GARDEL,  SEGÚN  BAYARDO
“Famoso músico y bandoneonista argentino, que no precisa presentación. En 1990, actuando como ordenador Natalio Gorín, Editorial Atlántida S. A. (Bs. As.) publicó “Astor Piazzolla a manera de memorias”, leyéndose en su prólogo una frase significativa, en tanto expresa la voluntad categórica de algo que normalmente se considera -o se debería considerar- incluida en cualquier narración de acontecimientos.
“Tengo que decir la más absoluta verdad. Yo puedo contar una historia de ángeles, pero no sería la verdadera historia.”
Y a partir de allí arranca con el relato de los acontecimientos que se fueron jalonando en su vida.
Y en la página 80, aparece el nombre de Carlos Gardel, que como es por todos conocido, lo incluyó en la película “El día que me quieras” en un secundario papel de canillita.
El juicio de Gardel sobre aquel niño de 13 años, que era entonces Piazzolla en lo concerniente a las primeras incursiones que este hiciera con su bandoneón en materia de tango, no  fueron  alentadoras, aunque se descuenta el tono seguramente “cachador” de la frase: “Pibe, vos tocás el bandoneón como un gallego.”
Piazzolla, famoso por su hosquedad -acaso una forma encubierta de timidez-, recuerda con singular cariño a “El Mago”: “Y de él tengo el recuerdo de su simpatía, su forma arrabalera de ser y el sonido de su voz, hablaba como un uruguayo.”
Obviamente, esto no prueba absolutamente nada; pero no deja de ser significativo, que Piazzolla, de cuyo oído no se duda, no hubiera dicho rioplatense e hiciere en cambio la precisión: “uruguayo”.
Y empezando también con “P”, el tangófilo francés Edouard Pecourt explica en el “Primer Diccionario Gardeliano” (Edic. Corregidor - Bs. As. - 1985) que Gardel abordó ese idioma en su intento de llegar al gran público, pues sus actuaciones parisinas estaban restringidas a quienes concurrían a los cabarets o teatros donde actuaba. Y, para indicar la inutilidad de su esfuerzo, dice textualmente: “…el francés se le moría en la lengua.”
Ya vimos como la propia Berthe Gardes explicó que “su hijo” Carlitos no sabía hablar francés cuando niño, y ni siquiera lo entendía, al punto que cuando doña Berthe le retaba, el chico se reía.
Acorde a esto, Isabel del Valle (citada por Silva Cabrera en “Gardel Oriental”, en vida de esta) refirió la opinión de la citada Sra. Gardes, en lo vinculado con  las incursiones del cantor en los temas en francés: “Yo no sé cómo se atreve Carlos a cantar en francés. Se está haciendo reír de todo el mundo ¡Si chapurrea!”
Y subraya el Prof. Arq. Nelson Bayardo, casi al fin de la letra escogida:
En este caso tampoco se prueba nada, pero resulta bastante evidente que la tesis del origen francés está como signada por una suerte de fatalidad, en la medida que no existe un solo indicio de veracidad.


PÁGINAS URUGUAYAS - CUANDO CARLOS GARDEL LLEGÓ A LA UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA


Escribe Walter Ernesto Celina

“EL PERDURABLE” EN LA VISIÓN DE RAFAEL BAYCE
En aquella tardecita veraniega de diciembre las escalinatas de la Universidad de la República mostraban encendidas sus luminarias de época. Conducían a los asistentes a la sala Ing. Oscar Maggiolo, espacio solemne que recuerda al ex Rector, personalidad relevante de la resistencia democrática y entrañable amigo.
Hubo momentos de asombro pues la concurrencia iba al encuentro de Carlos Gardel para aprehenderlo en toda su estatura y, al divisarlo, lo vieron rodeado por la magia de otros artistas inmarcesibles: Louis Amstrong, Al Jolson, Bing Crosby, Maurice Chevalier, todos entre todos, en plática abierta con Agustín Magaldi, Hugo del Carril, Edmundo Rivero…
El Lic. Rafael Bayce tiene especializaciones académicas en sociología y ciencias sociales. Es profesor universitario grado 5, siendo él quien transportó a Gardel hasta el mayor ámbito de estudio, el viernes 11.12.1987.
Del Archivo de Aníbal Barrios Pintos tomaré fragmentos de los apuntes concedidos por el disertante al semanario “Brecha” (del día 18 del mes y año ya citados), en los que enriqueció más de dos horas de exposición con grabaciones antológicas. He aquí, a  grandes zancadas,  algunas reflexiones del catedrático:
La continuidad gardeliana. El éxito perdurable de Gardel depende de cualidades personales, de coyunturas rioplatenses e internacionales y de un desarrollo histórico que hizo aparecer al tango, a sus múltiples consecuencias culturales y a su compleja relación con el todo macrosocial que lo enmarcó en su origen y evolución. La máxima figura interpretativa del tango puede ser favorablemente comparada con muchos de los mejores intérpretes del mundo de música popular.
Caracterización de la voz. Su extraordinaria voz, de amplio registro, gran presencia y expresividad, unida a una corrección académica remarcable en cantantes populares, a su mezcla de sentimentalismo de canzonetta, de elocuencia de ópera ligera y de telúrico ruralismo, hizo posible su aclamación por críticos de la “música seria” y por representantes de subpoblaciones sincreticamente fundidas por una situación material y simbólica similar.
Capacidad para reflejar estados de ánimo. Capaz de reflejar expresivamente emociones muy diversas (alegría, tristeza, pena, resignación, rebeldía, nostalgia, ironía, arrogancia, reproche, humor cachador, sobrador, etc.), esa diversidad estaba siempre permeada por el sentimiento básico que le daba su tonalidad al tema, con gran preocupación por “cantar” la melodía.
Dicción. Su profesionalidad lo hacía preocuparse por la dicción (la sustitución de la “n” por la “r” se debía a que estas suenan más y subrayan la melodía) y por el ajuste interpretativo. Compárese “Mi noche triste” de 1917 con versiones posteriores, en que se reelabora la medida; se enlentece y entristece el tempo; se independiza más de los golpes del compás, como los grandes intérpretes lo hacen. Se hacen más introspectivos y reflexivos la evocación y el presente.
De lo mejor del mundo.Incomparablemente mejor intérprete (expresivo y formal) que grandes ídolos mundiales de la época como Maurice Chevalier y Al Jolson. Con un manejo del registro y una densidad de voz mucho mayor que la de Bing Crosby, Gardel es, de lo mejor del mundo…


PÁGINAS URUGUAYAS - EL DEBUT DE GARDEL EN EL TEATRO “ROYAL”


Escribe Walter Ernesto Celina

LAS CRÓNICAS DE JULIO CÉSAR PUPPO
El periodista Julio César Puppo desgranó desde sus páginas periodísticas escritos que pueden valorarse como  piezas costumbristas, entroncadas con sucesos de la vida real. La originalidad de su sesgo consistió en trasladar a la literatura vivencias, sucesos, historias que laten en los estratos sociales humildes, en el corazón mismo del arrabal montevideano. Su pausada producción fue mirada como de soslayo, al entrar en ámbitos no frecuentados por escritores convencionales, más próximos a los halagos dispensados por una sociedad proclive a ciertas formas de pacatería.
Puppo adoptó el pseudónimo de “El Hachero”, para aludir a quien hace una intrusión fuerte en la prosa convencional, como en el fútbol lo realiza el jugador que orilla el reglamento. Y así, desafiante, entró a la liza, seguro de su mensaje. Tan rica paleta pudo ser recogida, -felizmente- en la colección uruguaya conocida como “Bolsilibros de ARCA”, a mediados de la década del 60, cuando moría. Uno de sus libros está prologado por un notable humorista, escritor y artista, de envidiable trayectoria: Jorge “Cuque” Sclavo.
La nota que ha de leerse  es algo distinta de otras, donde muestra la sensibilidad casi callada de individuos que van tras la evasión de su congoja existencial. Aquí, tocando la historia, lleva al lector a revivir la instancia suprema en que Carlos Gardel, conjuntamente con José Razzano, irrumpen  en el mítico Teatro “Royal”.
La sala de varieté, se situaba a mitad de cuadra, en la calle Bartolomé Mitre, entre Reconquista y Buenos Aires, dando por frente a la manzana del Teatro “Solís”. En los años 50 devino en el Cine “Indú”, que exhibía films picarescos. Desmantelada su ruinosa estructura, se convirtió en un predio para estacionamiento de dependencias judiciales.
Importa destacar que el mural callejero que anunció a los cantantes los mostraba al centro, en foto de medio cuerpo. Las 4 líneas horizontales superiores, destacan: ROYAL - Viernes 18 - Importante debut - DUO NACIONAL. Abajo: Gardel - Razzano. En forma vertical: Estilos, Cifras - Tonadas, Canciones.
Así reconstruyó “El Hachero” los hechos que condujeron a la presentación de Carlos Gardel, aquel viernes 18 de junio de 1915.

¡CANTANTE OTRA, CARLITOS!
“Un grito de guerra, nacido en los cafetines de los suburbios y que se extendió rápidamente a otras actividades con las características de un refrán popular, señala una etapa en la historia de la canción criolla. Era este: “¡Cantá, Medina, cantá!” y se originó así: Juan Medina, payador en la época en que los había muy buenos, era un obrero gráfico que, ni bien había parado las últimas letras en el taller de “El Día”, ya de madrugada, salía con la guitarra colgando del brazo a cantar su desesperanza de muchacho enfermo en los boliches del “Bajo”. Payadas de contrapunto, en las que se jugaban el honor y el amor propio del cantor, le habían valido una gran ascendencia popular. Pero ya la tisis, muy avanzada, le estrangulaba la garganta y apenas si podía modular un verso. Era entonces que sus consecuentes partidarios lo alentaban con la expresión que se hizo popular: “¡Cantá, Medina, cantá!”, sin pensar que con esa frase estaban caracterizando la culminación de un ciclo. Pues mientras por un lado se estaba atento a eso, por otro lado se estaba gestando el advenimiento de una nueva etapa: la del cantor o intérprete, que sustituiría al payador, o repentista, en la predilección del pueblo.
La cosa empezó así:
-El “tambo” marcha mal -había dicho Visconti Romano, empresario del Teatro Royal, a su colega Manuel Barca-, el “tambo” necesita números de atracción. Vete a ver si los consigues en Buenos Aires.
Y Manuel Barca, que por algo había merecido el calificativo de “Rey de los empresarios”, embarcó esa misma noche. Era en el invierno de 1915. Allá, se pone en contacto con gente del oficio. Robrero, el popular bailarín de pase corrido y ocho cruzado, de la Compañía Vittone, lo conduce al Teatro Nacional, donde hacía sus primeras presentaciones un dúo criollo, cuyo nombre no decía nada todavía: Gardel-Razzano. Acompañaba en la guitarra el negro Ricardo.
La cosa había comenzado y ya nadie la detendría. Se citan para la salida en un café cercano.  El primero en aparecer es Razzano, ya entonces encargado de la administración. Oye la oferta sin poder creerlo.
-¿No se reirán de nosotros? -pregunta aturdido.
Teme al público uruguayo, que considera muy exigente.
-¡Por eso, el triunfo va a ser más grande! -contesta Barca, lleno de fe. En eso llega Gardel. Es un mozo gordo, redondo. El sobretodito marrón, pespunteado, le llega apenas hasta la rodilla; era la moda gacho blando, con el ala caída sobre el ojo; bufanda rayada, blanco y negro. Todo él irradiaba simpatía.
Enterado de la proposición, se muestra lo mismo que su socio, incrédulo al principio. Escucha con atención pero es mucho su temor al fracaso. Lo confiesa resueltamente, seriamente: -¿Al menos tendremos para volver a Buenos Aires?
Es una frase histórica. Pensaba si conseguirían para el pasaje en aquel tiempo, que costaba tres pesos ida y vuelta, con derecho a cena y desayuno. Había gente que hacía el viaje nada más que por comer. Sin embargo estos muchachos se inquietaban ante la incertidumbre. Es que una experiencia muy dura pesaba sobre ellos. Y Barca, que también  había sido educado en la en la rigurosa escuela de la calle, lo entendió en seguida.
-¿Cuánto quieren ganar?, les pregunta.
Los hombres se miran entre ellos, meditan un instante, al cabo del cual se expide Razzano:
-Con franqueza, dígame: ¿cincuenta pesos por día es mucho pedir? Se trataba de pesos argentinos.
-¡Uds. no saben lo que valen!, contesta Barca sensiblemente conmovido. Y el trato quedó cerrado
No sabían lo que valían y hubieran demorado mucho o quizás no habrían llegado nunca saberlo si no es por Manuel Barca. Corresponde pues, que se le reconozca. Eran por entonces dos modestos cantores que hacían sus primeras presentaciones “en serio”, en el teatro, ante el público porteño.
Su actividad se había iniciado en marcos muy humildes. Cafetines de arrabal y pulperías de campaña, donde levantaban un tabladito con las propias mesas y recibían como compensación el producto de una rifa, organizada por ellos mismos, de una botella de coñac o vermut. De este modo, el recibimiento que les prodigó Montevideo les llenó de asombro, de pavor.
La ciudad estaba prácticamente empapelada con el retrato de ambos, pañuelo al cuello y gachito cantor, cuando el barco atracó a muros.  Con las guitarras colgando del brazo, los conducen a desayunar al Café “Bom Marché”, en Florida y Soriano, bajo la intensa lluvia de aquella fría  mañana. Al observar la bienvenida que les daban los muros llenos de carteles, Gardel se sintió, una vez más, apabullado. Era como un sueño hermoso.
-Che Barca ¡van a creer que soy un Caruso!, protesta amigable.
-¡Te aseguro que lo sos!, lo alienta Barca.
Y esa misma noche hacen una exhibición en privado. La sagacidad de Manuel Barca no ha olvidado ningún detalle. Ya Vicente Salaberry, periodista inquieto por la cosa popular, ha publicado en “La Razón” un extenso reportaje. Se va fomentando la expectativa, y esa noche en la sala del “Royal” actuarán para la prensa y autoridades.
Están presentes el Jefe Político, Sr. Sampognaro; el Sr. Oficial 1ro. de la Jefatura, Antonio Sanguinetti; los críticos teatrales Cyro Scoseria, “Bebón” Blixen, Eduardo Dualde, Ulises Favaro, Ángel Méndez, Julián Nogueira, y los Sres. Enrique y Roberto Aubriot, Dr. Penco y E. Antuña. La cosa empezó a las seis y media y terminó a las ocho y media.
El día del debut no cabía un alfiler en el Teatro “Roya”l. Con precisión cronométrica, Barca me relataba hasta los menores detalles de esta jornada, inolvidable para él. Empieza el dúo con La Pastora, de Salinas y sigue Razzano con una de aquellas cifras suyas; vuelve Gardel con El Pangaré… El público delira de entusiasmo; realmente está en presencia de algo excepcional. Y ya entonces se oye por primera vez el grito que sería clásico y que vendría a señalar el comienzo de una etapa nueva:
-¡¡Cantate otra, Carlitos!!
El público lo ha hecho su amigo y lo tutea y lo aclama como a un ídolo.
Es la una y pico de la madrugada y todavía no se han desocupado las localidades del teatro. En su camarín Carlos Gardel está llorando cuando entra Barca a felicitarlo.
-Hermano Barca, -musita apenas, ahogado por la emoción- todo…todo esto te lo debo a vos…
Así fue el debut de Gardel en Montevideo, lo que importa mucho, porque señaló su primer gran paso, decisivo hacia la celebridad. Ya no se detendría más. Así se apagó el eco de aquel grito de guerra nacido en los bodegones de la orilla, cediendo al que señalaría el ocaso del payador, el advenimiento del cantor: “¡¡Cantate otra, Carlitos!!”.-  

miércoles, 13 de junio de 2012

PÁGINAS URUGUAYAS - CUANDO CARLOS GARDEL LLEGÓ A LA UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA

Escribe Walter Ernesto Celina

“EL PERDURABLE” EN LA VISIÓN DE RAFAEL BAYCE

En aquella tardecita veraniega de diciembre las escalinatas de la Universidad de la República mostraban encendidas sus luminarias de época. Conducían a los asistentes a la sala Ing. Oscar Maggiolo, espacio solemne que recuerda al ex Rector, personalidad relevante de la resistencia democrática y entrañable amigo.
Hubo momentos de asombro pues la concurrencia iba al encuentro de Carlos Gardel para aprehenderlo en toda su estatura y, al divisarlo, lo vieron rodeado por la magia de otros artistas inmarcesibles: Louis Amstrong, Al Jolson, Bing Crosby, Maurice Chevalier, todos entre todos, en plática abierta con Agustín Magaldi, Hugo del Carril, Edmundo Rivero…
El Lic. Rafael Bayce tiene especializaciones académicas en sociología y ciencias sociales. Es profesor universitario grado 5, siendo él quien transportó a Gardel hasta el mayor ámbito de estudio, el viernes 11.12.1987. 
Del Archivo de Aníbal Barrios Pintos tomaré fragmentos de los apuntes concedidos por el disertante al semanario “Brecha” (del día 18 del mes y año ya citados), en los que enriqueció más de dos horas de exposición con grabaciones antológicas. He aquí, a  grandes zancadas,  algunas reflexiones del catedrático:
La continuidad gardeliana. El éxito perdurable de Gardel depende de cualidades personales, de coyunturas rioplatenses e internacionales y de un desarrollo histórico que hizo aparecer al tango, a sus múltiples consecuencias culturales y a su compleja relación con el todo macrosocial que lo enmarcó en su origen y evolución. La máxima figura interpretativa del tango puede ser favorablemente comparada con muchos de los mejores intérpretes del mundo de música popular.
Caracterización de la voz. Su extraordinaria voz, de amplio registro, gran presencia y expresividad, unida a una corrección académica remarcable en cantantes populares, a su mezcla de sentimentalismo de canzonetta, de elocuencia de ópera ligera y de telúrico ruralismo, hizo posible su aclamación por críticos de la “música seria” y por representantes de subpoblaciones sincreticamente fundidas por una situación material y simbólica similar.
Capacidad para reflejar estados de ánimo. Capaz de reflejar expresivamente emociones muy diversas (alegría, tristeza, pena, resignación, rebeldía, nostalgia, ironía, arrogancia, reproche, humor cachador, sobrador, etc.), esa diversidad estaba siempre permeada por el sentimiento básico que le daba su tonalidad al tema, con gran preocupación por “cantar” la melodía.
Dicción. Su profesionalidad lo hacía preocuparse por la dicción (la sustitución de la “n” por la “r” se debía a que estas suenan más y subrayan la melodía) y por el ajuste interpretativo. Compárese “Mi noche triste” de 1917 con versiones posteriores, en que se reelabora la medida; se enlentece y entristece el tempo; se independiza más de los golpes del compás, como los grandes intérpretes lo hacen. Se hacen más introspectivos y reflexivos la evocación y el presente.
De lo mejor del mundo.Incomparablemente mejor intérprete (expresivo y formal) que grandes ídolos mundiales de la época como Maurice Chevalier y Al Jolson. Con un manejo del registro y una densidad de voz mucho mayor que la de Bing Crosby, Gardel es, de lo mejor del mundo…