Escribe Walter Ernesto Celina
03.10.2012
Más allá del misterio estético de su voz
cautivante, Carlos Gardel continúa en las noticias.
Los partícipes de la corriente conocida como francesista, sostenedores de la supuesta
nacionalidad gala del cantante rioplatense epónimo, han dinamitado sus puentes,
reduciendo a escombros su hipótesis.
La calificada investigadora argentina Martina
Iñiguez acaba de visitar Montevideo, concediendo una entrevista a la Televisión Nacional Uruguaya - TNU, donde fue reporteada
por el periodista Sergio Gorzy, del programa Buscadores. En el coloquio se pasó revista a varios temas. Uno de
ellos, el relativo a un canto de sirena: ¡la partida de nacimiento de Charles
Romuald Gardes!
Hasta los menos avisados están enterados que
este documento existe desde tiempo inmemorial. Fue presentado en las instancias
de la apertura sucesoria para actuar sobre los bienes del gran Carlitos.
A la muerte de Gardel y para captar los
beneficios hereditarios, por un hábil mecanismo de sustitución de identidades,
se superpone la partida de ese individuo a toda la historia y documentación real
del cantor.
Otro reconocido intelectual e investigador
argentino, Ricardo Ostuni, se detuvo en la gran
noticia de la aparición de la partida de marras, ventilada por el diario porteño La Nación.
Le remitió una comunicación que circula en los ámbitos
gardelísticos latinoamericanos.
Manifiesta: “Señor Director: No comprendo
cómo el diario de su digna dirección puede publicar la nota aludida, sobre el
supuesto hallazgo de la
Partida de Nacimiento de Gardel, cuando la misma es conocida
desde hace 80 años y fue, precisamente, la que sirvió para homologar el
testamento en favor de la señora Bertha Gardes.
Tampoco entiendo el sensacionalismo de los
autores, ni la razón por la cual se adjudican el hallazgo, siendo que el
mencionado documento fue extendido en 1921, según puede leerse en cuánta
publicación respecto de Gardel existe.
El periodista que ha escrito la nota fue
sorprendido en su ignorancia y en su buena fe.
Atentamente (firmado) Ricardo Ostuni”
A todo esto, los autores del opúsculo parisino
se ven confrontados con François Laserre, nieto del presunto padre de Charles
Romuald Gardes. En un cruce de cartas con
el Sr. Juan Carlos Esteban, coautor del libelo, el descendiente francés
pide cotejar su ADN con el de Gardel, cuyos restos están encriptados en el
panteón bonaerense de La
Chacarita. Esto llevaría a demostrar
que también sería falsa la historia complementaria, por la que Paul Laserre
hubiera sido el gran amor de Bertha Gardes.
Mientras por el canal oficial de Uruguay
hablaba la historiadora gardeliana, en pantallazos fue mostrado en vivo el Sr.
Gonzalo Vázquez Gabor.
Se trata de
un ciudadano compatriota, funcionario técnico del Ministerio del
Interior. Respalda la posición del Gardel tacuaremboense. Y lo hace desde un
ángulo inobjetable. Se proclama sobrino bisnieto del Gardel único y auténtico
y, también, solicita la prueba de ADN.
El aislamiento de la hipótesis
del núcleo francesista cae por doquier. Podría decirse, con un
lenguaje en uso de tiempos idos: “¡Fueron por lana y volvieron trasquilados!”.-
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