Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 16.06.2012
El Arq. Nelson Bayardo fue un
distinguido docente universitario, cuya carrera académica le valió el título de
Profesor Emérito en la Facultad de Arquitectura
de la UDELAR.
Tras las recopilaciones de
antecedentes acerca de la nacionalidad uruguaya de Carlos Gardel -iniciadas por
el periodista Erasmo Silva Cabrera (Avlis)-,
promovió el cotejo y análisis de materiales dispersos en cientos de artículos
prensa, entrevistas y libros referidos a “El
Mago”. En una labor igualmente pionera como la de Silva Cabrera, logró una
contundente sistematización de datos cuyo efecto fue probar la invalidez de la
tesis de un Gardel francés.
La significación de nuestro artista
no reside, obviamente, en cuál haya podido ser su lugar de nacimiento, del
mismo modo que su grandeza poco tiene que ver con las cualidades de sus
progenitores, ni con las incertidumbres que rodearon la existencia del niño y
del adolescente.
El estudio de Bayardo es diáfano y
no se inspira en ningún interés subalterno. Está exento de cualquier sombra de chovinismo. De la misma cepa son los
aportes sustanciados por el Dr. Eduardo Payssé González. Menos aún, podría
caber sospecha para los investigadores argentinos y gardelianos integrales, la Sra Martina Iñiguez y
el Sr. Ricardo Ostuni, interesados en la verdad histórica.
La densidad argumental del Prof. Arq. Nelson
Bayardo no se detiene en valoraciones subjetivas. A tal punto acumula
argumentos que su lexicón gardeliano abarca todas las letras, de la A a la Z. Cada página pasa por
protagonistas esenciales o se detiene en rubros como Fútbol, Edad, Desertor, Testamento. Trabaja para pulverizar argumentaciones falaciosas.
El “1er. Abecedario Gardeliano” fue publicado el 24 de junio de 1994,
estando antecedido en forma inmediata
por “C.G. Documentos para la Historia ”, a más de
otros títulos y monografías.
Estos son contenidos de la letra “P”, por los que Nelson Bayardo entra en
la vida del cantor de todos los tiempos a través de un músico genial:
PIAZZOLA EN
GARDEL, SEGÚN BAYARDO
“Famoso músico y bandoneonista argentino, que no precisa presentación. En
1990, actuando como ordenador Natalio Gorín, Editorial Atlántida S. A. (Bs.
As.) publicó “Astor Piazzolla a manera de memorias”, leyéndose en su prólogo
una frase significativa, en tanto expresa la voluntad categórica de algo que
normalmente se considera -o se debería considerar- incluida en cualquier
narración de acontecimientos.
“Tengo que decir la más absoluta verdad. Yo puedo contar una historia de ángeles, pero no sería la verdadera historia.”
Y a partir de allí arranca con el relato de los acontecimientos que se
fueron jalonando en su vida.
Y en la página 80, aparece el nombre de Carlos Gardel, que como es por
todos conocido, lo incluyó en la película “El día que me quieras” en un
secundario papel de canillita.
El juicio de Gardel sobre aquel niño de 13 años, que era entonces Piazzolla
en lo concerniente a las primeras incursiones que este hiciera con su bandoneón
en materia de tango, no fueron alentadoras, aunque se descuenta el tono
seguramente “cachador” de la frase: “Pibe,
vos tocás el bandoneón como un gallego.”
Piazzolla, famoso por su hosquedad -acaso una forma encubierta de
timidez-, recuerda con singular cariño a “El Mago”: “Y de él tengo el recuerdo de su simpatía, su forma arrabalera de ser
y el sonido de su voz, hablaba como un uruguayo.”
Obviamente, esto no prueba absolutamente nada; pero no deja de ser
significativo, que Piazzolla, de cuyo oído no se duda, no hubiera dicho
rioplatense e hiciere en cambio la precisión: “uruguayo”.
Y empezando también con “P”, el tangófilo francés Edouard Pecourt
explica en el “Primer Diccionario Gardeliano” (Edic. Corregidor - Bs. As. -
1985) que Gardel abordó ese idioma en su intento de llegar al gran público,
pues sus actuaciones parisinas estaban restringidas a quienes concurrían a los
cabarets o teatros donde actuaba. Y, para indicar la inutilidad de su esfuerzo,
dice textualmente: “…el francés se le
moría en la lengua.”
Ya vimos como la propia Berthe Gardes explicó que “su hijo” Carlitos no
sabía hablar francés cuando niño, y ni siquiera lo entendía, al punto que
cuando doña Berthe le retaba, el chico se reía.
Acorde a esto, Isabel del Valle (citada por Silva Cabrera en “Gardel
Oriental”, en vida de esta) refirió la opinión de la citada Sra. Gardes, en lo
vinculado con las incursiones del cantor
en los temas en francés: “Yo no sé cómo
se atreve Carlos a cantar en francés. Se está haciendo reír de todo el mundo
¡Si chapurrea!”
Y subraya el Prof. Arq. Nelson
Bayardo, casi al fin de la letra escogida:
“En este caso tampoco se prueba nada, pero resulta bastante evidente que
la tesis del origen francés está como signada por una suerte de fatalidad, en
la medida que no existe un solo indicio de veracidad.”
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