miércoles, 28 de noviembre de 2012

MARTINA IÑIGUEZ PONE LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES


Escribe Walter Ernesto Celina
20.11.2012
Escribe Walter Ernesto Celina
20.11.2012

Hace apenas unos días la periodista Victoria Molnar entrevistó en Buenos Aires a la relevante investigadora Martina Iñiguez.
Desde hace no menos de diez años la talentosa argentina pasó del campo de la producción poética al estudio sistemático de la vida de Carlos Gardel. Adquirió, amplió y transmitió, con pesquisas originales propias, la convicción primaria que le infundiera el docente universitario Nelson Bayardo -arquitecto emérito y conocedor profundo del legado de “El Zorzal”-: Gardel es uruguayo.
El hallazgo reciente, efectuado por ella y el escritor Ricardo Ostuni, de un documento policíaco que da información de las andanzas juveniles del gran Carlitos, ha alborotado el avispero. Últimamente, otros episodios conexos han jugado para poner blanco sobre negro las dos tesis en juego sobre la nacionalidad del artista y, a todo esto es a lo que alude la conversación que tuvo lugar entre la pesquisadora y su requirente.
A grandes zancadas, algunos conceptos.

¿QUÉ ESCONDE LO DEL GARDEL FRANCÉS?
Molnar dispara su primera pregunta: -¿Hay un interés argentino de que Gardel sea francés?
Responde Iñiguez: - Ninguno. En nuestro caso queremos demostrar, y tenemos elementos para hacerlo, que Carlos Gardel nació en Uruguay y se nacionalizó argentino. Si cae la nacionalidad uruguaya, cae también la argentina, así que defender el origen oriental de Gardel es defender también su nacionalidad argentina, única jurídicamente vigente, ya que nunca fue anulada. Significa que los dos países del Río de la Plata compartimos al cantor de tangos más importante de la historia. No hay razón para pelear por eso, el problema es que deja orgullos heridos y, sobre todo, en este momento contradice fanatismos que sostienen lo contrario.
Continúa el diálogo: -¿A qué obedece ese "fanatismo" por la versión francesa, y qué opinión le merece el libro "El padre de Gardel"? (1).
-Puede ser por razones emotivas o por ignorancia. También porque hubo un fraude y quienes lo sostuvieron, durante muchos años, ahora no quieren reconocer que se equivocaron. No es posible, analizando a fondo la historia, no darse cuenta de todas las inconsistencias que hay en ese relato. Nos contaron un cuento que no tiene nada que ver con la biografía de los primeros años de Gardel, y del que está probada su falsedad. “El padre de Gardel” es una publicación engañosa en la que ni siquiera tuvieron en cuenta los testimonios del nieto de Paul Lasserre, presunto padre francés. Se le ha dado publicidad en todo el mundo con un enfoque sensacionalista y para vender libros, anunciando el supuesto "hallazgo" de una partida de nacimiento que se conoce desde hace 80 años. Los periodistas que en las últimas semanas reprodujeron tal falsedad fueron sorprendidos en su ignorancia y en su buena fe. Fue algo hecho expresamente, porque ahora Juan Carlos Esteban, el autor argentino del libro y miembro del Centro de Estudios Gardelianos (CEG), dice que no desmiente públicamente lo de la partida para no causar más confusinón y, por otro lado, agrega que "no hay mal que por bien no venga porque así todo el mundo sabe que Gardel era francés".
Esteban ha descalificado y difamado sistemáticamente a todo aquel investigador que hubiera aportado pruebas que contradigan la "historia oficial", o que hubiera cambiado de idea al entender la falsedad de la misma. Nos acusa de negociar con Gardel, de fabuladores; agrede a investigadores en vez de refutar argumentos. Hasta hubo quienes dijeron que tengo terrenos en Tacuarembó que van a aumentar de manera exponencial si Gardel resulta uruguayo…

LA “HISTORIA OFICIAL” O LA FALSA BIOGRAFÍA
-¿Quién dio origen a esa "biografía falsa"? ¿Había tanto dinero en juego?, interroga ahora Victoria Molnar.
Responde la analista argentina: -Sí, tras su fallecimiento había mucho dinero en juego que vendría por derechos de autor, de sus películas y discos. No tengo cifras certeras, porque en algunos casos no hay registros o se niegan a darlas, pero se estima que los derechos de Gardel produjeron entre 300.000 y 800.000 dólares por año durante 70 años. (2)
La biografía apócrifa del Gardel francés fue creada por quien fuera su apoderado, Armando Defino. A través de un testamento ológrafo irregular, que habría sido fraguado o falaz -nadie puede cambiar su identidad ni nacionalidad después de muerto-, se nombró albacea testamentario y comprometió en el fraude a Berta Gardes, asegurándose así el silencio y dependencia de sus decisiones de la misma. Defino se movió rápido para difundir la versión del origen francés, nacionalidad que necesitaba afianzar para detener la repatriación de los restos que comenzaba a gestionarse en Uruguay. La tan mentada "partida de nacimiento" fue un documento original con el que engañaron a los jueces, pero investigaciones posteriores demostraron que en realidad, pertenecía a Charles Romuald Gardes, nacido en Toulouse en 1890, hijo natural de Berta como madre soltera y que habría muerto al entrar en la adolescencia. A Defino le hubiera sido fácil pagarle a algún empleado del Registro Civil para que eliminara su nombre de los registros de defunción. Charles era menor que Carlos Gardel, quien habría sido fruto de una relación prohibida entre Carlos Escayola y María Lelia Oliva, su cuñada, de 13 años de edad.

INDOCUMENTACIÓN Y ESCOLARIDAD
Continúa la Sra. Iñiguez: -Carlitos estuvo indocumentado hasta el 8 de octubre de 1920 cuando regularizó su situación ante el Consulado Uruguayo en Buenos Aires donde le fue expedido un registro de nacionalidad, con el que tramita su nacionalización argentina. Es más, Francia no reconoce que Carlos Gardel y Charles Romuald Gardes hayan sido una misma persona. Yo le pregunté a Galopa (uno de los autores franceses del cuestionado libro) por qué no inscribían la muerte de Carlos Gardel en el acta del nacimiento de Charles Romuald Gardes y me dijo: "Porque para eso habría que demostrar que fueron una misma persona".
 Fueron dos personas diferentes y eso se hizo evidente a través del análisis antropomórfico de fotografías infantiles que Berta entregó para reforzar esa biografía falsa a nivel mediático, necesaria dada la magnitud de la figura de Gardel. Una, es el retrato oval de su hijo francés (que aparece en la portada del libro “El padre de Gardel”) y, otra de Carlitos Gardel cursando primer grado inferior. Mediante comparaciones entre las características edilicias de la foto y un plano de la Escuela de Varones Nº 27, ubicada en la calle Durazno 337 (según numeración antigua) del Barrio Sur de Montevideo, se demostró que se trataba del mismo lugar. (3)

LA MADRE ADOPTIVA Y EL NIÑO URUGUAYO
La periodista ingresa en este momento al terreno que patentiza las vicisitudes de Carlitos-niño, con esta consideración: -Signado por el abandono y la indocumentación debe haber sentido un gran desamparo…
Martina Iñiguez le contesta: -Sin duda. Berta Gardes cuidó y apoyó a Carlitos desde un principio, permitiendo que adoptara la identidad de su hijo fallecido para poder desenvolverse en sociedad, lo que luego fue aprovechado por Armando Defino. Carlitos aprendió a querer a Berta y debió sentir un gran agradecimiento porque ella lo quiso como a su propio hijo. De ser francés resulta incomprensible que pudiendo documentarse con esa partida francesa en 1908 estuviera mendigando documentos apócrifos a sus amigos políticos hasta 1920. Presumo que, a pesar de todo, esperaba ser reconocido en algún momento por su familia biológica. Carlitos cantó “Mi Buenos Aires querido”, pero existen pruebas documentadas de que estaba programando pasar sus últimos días en Montevideo. ¿De dónde sale ese amor de Gardel al Uruguay de no haber sido porque era su tierra?
LAS FAMILIAS ENTRAN EN ESCENA
Del modo en que las familias involucradas por presuntos lazos de parentesco con Carlos Gardel entran hoy en escena, lo ilustra este pasaje del diálogo: -¿Cuál es la opinión actual de los descendientes de Carlos Escayola? (4)
-No están todos de acuerdo al respecto. Hay quienes no quieren hablar del tema porque lo consideran vergonzante y otros que quieren reconocerlo como parte de la familia e incluso sostienen que Carlos Gardel hasta le habría reclamado a Carlos Escayola que lo reconociera. Ante la controversia entre la teoría francesista y la uruguaya, fue solicitado por Francois Lasserre la realización de un ADN, que aprueban integrantes de la familia Escayola; una gestión que en Buenos Aires fue impedida a nivel judicial porque el Centro de Estudios Gardelianos dijo a la jueza encargada que no había controversia.
Esteban, si bien reconoce en su último libro que el ADN es la única forma de saber la verdad, no apoya esta solicitud. En principio, habría que definir si el cuerpo que está en el Cementerio de la Chacarita es el de Carlos Gardel. Las autoridades uruguayas podrían solicitar que se realice el estudio a través de Cancillería pero, como la situación entre Argentina y Uruguay ya tiene una cantidad de temas espinosos, creo que no consideran apropiado el momento.
 PRUEBA POR EL ADN
El coloquio entre Molnar e Iñiguez pasa por el tema de pruebas de verificación por el ADN. Cabe anotar que el Sr. François Lassèrre, nieto de Paul Lassèrre (supuesto padre de Gardel según la tesis francesista) en el mes de junio había peticionado ayuda a los gardelianos para impulsar la realización de los análisis que puedan despejar cualquier duda. (5)  
Remitió cartas en francés y español a cuatro autoridades culturales de Argentina, a saber:  Jorge Coscia, Secretario de Cultura de la Presidencia de la Nación; Hernán Lombardi, Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires; José Gobello, Presidente de la Academia de Lunfardo  y a Horacio Arturo Ferrer, Presidente de la Academia de Tango.
 Puntualiza la investigadora al respecto: -Las academias acusaron recibo pero no se tuvo respuesta de los ministerios. Francois Lassèrre ha dicho "Si bien creo sinceramente que Carlos Gardel nació en 1890, en Toulouse, Francia, por honradez intelectual respeto la tesis uruguaya. Sólo la comparación del ADN puede desempatar definitivamente las posturas (…) y clausurar para siempre un antiguo debate, a menudo encrespado, sostenido a lo largo de setenta y siete años. (…) La lógica indica que habría que comparar primero la impronta genética de Berthe Gardes con la de Carlos Gardel; luego, la de Carlos Gardel con mi propia impronta genética, que ofrezco espontáneamente.”  
Cabe consignar que en Uruguay, el Sr. Gonzalo Vázquez Gabor, sobrino bisnieto de Carlos Escayola, comparte tal punto de vista.

DOCUMENTO INÉDITO SOBRE LAS ANDANZAS DE CARLITOS
En relación al legajo policial encontrado por Martina Iñiguez y Ricardo Ostuni, relacionado con datos de Carlos juvenil, expone la Sra. Iñiguez: -Se trata de un prontuario argentino de Gardel, fechado el 14 de agosto de 1915, cuando se presentó a solicitar una cédula de identidad que le fue otorgada y con la que pudo viajar a Brasil el 17 de agosto de ese año. Prueba, entre otras cosas, que cinco años antes de hacer el registro de nacionalidad uruguaya, Carlitos se decía nacido el 11 de diciembre de 1887. Algo muy importante ya que la partida de nacimiento de Charles Romuald Gardes  lo dice nacido en 1890.
El expediente contiene su nombre artístico, firma de puño y letra y huella dactilar En tal momento declaró ser natural argentino, nacido en La Plata; hijo de Carlos Gardel, de profesión empleado, y de Berta Gardel. La expositora anota: -Creo que las complicaciones fueron el resultado de su indocumentación, sumado a que no podía confesar un origen escandaloso. La vida de Carlitos fue una vida de abandono, caída y redención.
COLOFÓN
Sí, una vida que, como en una carrera de obstáculos, la energía y disposición en alcanzar las metas, diluye las huellas negativas de un pasado azaroso. Enaltecido Carlos Gardel por la magia de su arte, alcanzó el   momento prodigioso de ser amado por multitudes y proyectado a un sitial histórico excepcional.
Como con serena sobriedad  sostiene Martina Iñiguez, este rioplatense pertenece, sin  disputa, a nuestros dos pueblos. Sin falsos orgullos, patrioterismos, ni fanatismos.-   

Notas de W.E.C.
(1): Autores Juan C. Esteban (argentino), George Galopa y Monique Ruffiè (franceses).
(2): El matemático e investigador uruguayo Lic. Eduardo Cuitiño acaba de confirmar el altísimo volumen de tales derechos.
(3): Se trata de la impresionante revelación de Iñiguez, tras meses de indagatorias y verificaciones precisas.
(4): Coronel Carlos Escayola, esposo de las tres hermanas Oliva, con las que sucesivamente estableció relaciones matrimoniales.
(5): Véase el blog: http://adngardel.blogspot.com

Fuente: Diario “El País MVD - Domingo 21.10.2012


jueves, 22 de noviembre de 2012

IL MORTO CHI PARLA

Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy - walter.celina@hotmail.com
09.10.2012

Nada más apartado del mundo de los sueños y sus interpretaciones. Sin conexión alguna con la numerología o los juegos de azar. Ninguna vecindad con el antiguo y reidero film de Antonio de Curtis, Totó, el formidable artista de la escena italiana. El camino de mi relato es muy otro.
En el caso a tratar, más que del simbolismo reconocido a la frase de cabecera, ¡habría que hablar de “el muerto que canta”!
Está en prensa una historia gardeliana.

El Licenciado Eduardo Cuitiño, de la Universidad ORT de Uruguay, en una minuciosa investigación expondrá a la consideración pública sus conclusiones acerca de la vida de Carlos Gardel. Para ello se ha basado en la información existente, agregando el resultado de estudios originales. Esta vez, con el instrumento de la matemática integrada a la historia.
En la antesala del evento, en setiembre último, presentó en el auditorio universitario un resumen del trabajo en el cual, a partir de las dos hipótesis sobre la nacionalidad original de Carlos Gardel, derivó nuevas e importantes conclusiones.
        Medidas antropométricas que constan en expedientes oficiales, fotografías personales y de edificios escolares fehacientes, declaraciones fidedignas de actores históricos, caracteres físicos y de personalidad vistos desde la óptica biológica, cotejos fisonómicos de familiares presuntos o auténticos, confrontaciones grafológicas de documentos y evidencias recientes -muchas de ellas obtenidas por la estudiosa gardeliana Martina Iñiguez- y otras más, caen bajo la apreciación del Lic. Cuitiño.
Puede sostenerse ya que la asociación coherente de los datos que está ofreciendo conlleva al estallido de la hipótesis francesista, apartando a Charles Romuald Gardes     -hijo natural de Berthe Gardes- de su otro hijo de adopción, nuestro Carlos Gardel.
Esbozaré algunas verificaciones y contradicciones flagrantes que ventila el analista.

AUSENCIA DE CONCORDANCIAS
En una primera mirada, el niño Charles Romuald Gardes nació de madre soltera el 11 de diciembre de 1890, en un hospital francés La parturienta permaneció internada 25 días ante el abandono de que fue objeto por su familia. El supuesto progenitor, de nombre Pierre Laserre, no reconoció al niño. Berthe Gardes, tras la muerte de Carlos Gardel, en un reportaje con fotografía, exhibe sobre una mesa de luz el retrato del hombre que la agraviara. ¿Sería este el padre de quién? ¿Acaso de Carlos Gardel, nuestro cantante? Tal vez, no. ¿De Charles Romuald? Quizás…
Cursando su adolescencia, en setiembre de 1904, el joven es detenido por vagancia. Declaró haber llegado a Buenos Aires en 1891, pero los registros de embarque dan su ingreso en 1893. En la comisaría tuvo dificultad para calcular su edad y deletrear su apellido. ¿Quién era este muchacho cuyos datos no se compadecen con el de un pupilo enclaustrado, alumno 10 en todas las materias? El registro da un detalle importante de la persona, como se verá más adelante: medía de altura 1,60 mt.

LAS SEÑALES BIOLÓGICAS
Si Paul Laserre fue el padre de Carlos Gardel ¿cómo pueden explicarse ciertos rasgos biológicos del cantante? Para esta cuestión el indagador endereza una batería de preguntas que sólo la ciencia médica puede desentrañar, ya que por el azar no se explica nada.
Las respuestas inclinan el platillo de la balanza a favor de la nacionalidad uruguaya del gran artista. Todo esto habrá que verlo en el libro con sus particularidades.
Entro, apenas, en interrogantes que internan en el asunto: ¿Por qué parecía no envejecer? ¿Por qué tenía una voz tan diferenciada? ¿Por qué carecía de barba y vello corporal? ¿Por qué  Isabel del Valle -la novia de siempre- aseveró que su carácter parecía “el de un  niño”? ¿Por qué carecía de los terceros molares, los “del juicio”? ¿Qué pudo determinar que no se casara, ni tuviera hijos? ¿Qué factor empujaba a acelerar su peso?
Este es un perfil inédito de las investigaciones sobre El Zorzal Criollo.

LA TALLA
Por las huellas digitales el detenido de 1904 era Carlos Gardel, no el francés. Midió 1,60. En 1924, al tramitar la Libreta de Enrolamiento, su altura -sin zapatos- era de 1,64.
Se reputa como un absurdo biológico y estadístico que el individuo crezca sólo 4 centímetros entre los 14 y 20 años. El error surge del equívoco de dar por sentado que Carlos Gardel nació en diciembre de 1890. Y, si no nació en 1890, la famosa partida de nacimiento de Francia, no le corresponde. Es de otro sujeto.
Según Berthe Gardes, Carlitos desaparece de su casa cuando tiene 14 años. Un  día lo ve sobre un carro con un traje de hombre. Las mangas del saco se las habían dado vuelta hasta el codo. Dice que era menudito.
Una comparación que relaciona medidas de brazos y antebrazos por edades lleva a la conclusión que el traje del que hablara la Sra. Gardes tendría que haber sido el de un gigante. Sí, de un individuo cuya altura superaría los 2,26 metros…!
Asimismo y contradiciendo a la señora, una fotografía de casa  El Indio, de Av. 18 de Julio, en Montevideo, tomada en 1905, nuestra un Carlitos juvenil, de excelente aspecto, con traje y sombrero, mayor a quien hubiere nacido en 1890 y, nada diminuto.

COTEJO DE FOTOS DIVERSAS
Si a la Sra. Martina Iñiguez le correspondió hace unos años el mérito de descubrir alteraciones de fotografías, ahora Eduardo Cuitiño recuerda que el investigador español Marcelo Martinez reveló que Berthe Gardes trucó fotos de Paul Laserre y Paul Gardes, en un juego para tomar la herencia de su hijo adoptivo Carlos Gardel.
Se remarca que fue en la Escuela Pública Nº 27, de Montevideo, (emplazada entonces en Durazno y Médanos), en que fue captada la toma del niño Carlos Gardel, formando parte del colectivo de educandos. Resonante hallazgo de la investigadora correntina.
Otro capítulo está dedicado a mostrar las semejanzas entre Gardel y su familia uruguaya. Los cortes establecen las concomitancias faciales con su madre, María Lelia Oliva; con su tío, Clelio Oliva; con Juan Bautista Oliva, su abuelo; con Carlos Segundo Escayola Oliva, su hermano.

TESTAMENTO FALSO
Una revelación impactante tiene que ver con la falsedad del testamento hológrafo (el de puño y letra) atribuido a Carlos Gardel.
Se dio judicialmente por bueno, pero ello no lo santifica históricamente.
El investigador considera que su caligrafía es muy diferente a la de Gardel. Se trataría de un esmerado collage. Advierte similitudes letra a letra, pero se pierde la cohesión en las palabras de trazo largo.
En estimación del autor, la maniobra habría permitido cobrar en un año 800 mil dólares, equivalentes a 6 millones de dólares actuales.

“GARDEL, IL MORTO CHI PARLA”
El Licenciado Eduardo Cuitiño se ha integrado con fuerza al círculo gardeliano. Es profesor universitario en matemática y estadística.
“Gardel, il morto chi parla” es el título de la obra, de inminente lanzamiento. Profundiza en aspectos de la vida de El Mago que han sido objeto de dos hipótesis encontradas: la que lo revela nacido en  Uruguay y la que lo niega, considerándolo francés.
“Hay cosas que los historiadores no pueden ver pero que, sin embargo, las matemáticas sí pueden llegar a analizar”, sostiene el catedrático. Aunque para los menos avisados pueda sonar extraño “este no es un punto difuso en la tesis del origen uruguayo de Gardel” ha remarcado.- 

FUERON POR LANA; VOLVIERON TRASQUILADOS


Escribe Walter Ernesto Celina
03.10.2012

Más allá del misterio estético de su voz cautivante, Carlos Gardel continúa en las noticias.
Los partícipes de la corriente conocida como francesista, sostenedores de la supuesta nacionalidad gala del cantante rioplatense epónimo, han dinamitado sus puentes, reduciendo a escombros su hipótesis.

La calificada investigadora argentina Martina Iñiguez acaba de visitar Montevideo, concediendo una entrevista a la Televisión Nacional Uruguaya - TNU, donde fue reporteada por el periodista Sergio Gorzy, del programa Buscadores. En el coloquio se pasó revista a varios temas. Uno de ellos, el relativo a un canto de sirena: ¡la partida de nacimiento de Charles Romuald Gardes!
Hasta los menos avisados están enterados que este documento existe desde tiempo inmemorial. Fue presentado en las instancias de la apertura sucesoria para actuar sobre los bienes del gran Carlitos.
La Sra. Iñiguez remarcó que el libro El padre de Gardel (que por coincidencia diversionista toma el título de un film antes rodado en Tacuarembó), “revela” el surgimiento de la partida de referencia. Fue apenas un bluff. La investigadora dejó en claro que además de no tratarse de ningún hallazgo, el certificado lo que prueba es sólo que  nació en Francia una criatura que se llamaría Charles Romuald, siendo hijo de una señora de apellido Gardes. Sólo eso.
A la muerte de Gardel y para captar los beneficios hereditarios, por un hábil mecanismo de sustitución de identidades, se superpone la partida de ese individuo a toda la historia y documentación real del cantor.

Otro reconocido intelectual e investigador argentino, Ricardo Ostuni, se detuvo en la gran noticia de la aparición de la partida de marras, ventilada por el  diario porteño La Nación. Le remitió una comunicación que circula en los ámbitos gardelísticos latinoamericanos.
Manifiesta: Señor Director: No comprendo cómo el diario de su digna dirección puede publicar la nota aludida, sobre el supuesto hallazgo de la Partida de Nacimiento de Gardel, cuando la misma es conocida desde hace 80 años y fue, precisamente, la que sirvió para homologar el testamento en favor de la señora Bertha Gardes.
Tampoco entiendo el sensacionalismo de los autores, ni la razón por la cual se adjudican el hallazgo, siendo que el mencionado documento fue extendido en 1921, según puede leerse en cuánta publicación respecto de Gardel existe.
El periodista que ha escrito la nota fue sorprendido en su ignorancia y en su buena fe.
Atentamente (firmado) Ricardo Ostuni”

A todo esto, los autores del opúsculo parisino se ven confrontados con François Laserre, nieto del presunto padre de Charles Romuald Gardes. En un cruce de cartas con  el Sr. Juan Carlos Esteban, coautor del libelo, el descendiente francés pide cotejar su ADN con el de Gardel, cuyos restos están encriptados en el panteón bonaerense de La Chacarita. Esto llevaría a demostrar que también sería falsa la historia complementaria, por la que Paul Laserre hubiera sido el gran amor de Bertha Gardes.

Mientras por el canal oficial de Uruguay hablaba la historiadora gardeliana, en pantallazos fue mostrado en vivo el Sr. Gonzalo Vázquez Gabor.
Se trata de  un ciudadano compatriota, funcionario técnico del Ministerio del Interior. Respalda la posición del Gardel tacuaremboense. Y lo hace desde un ángulo inobjetable. Se proclama sobrino bisnieto del Gardel único y auténtico y, también, solicita la prueba de ADN.
El aislamiento de la hipótesis del núcleo francesista cae por doquier. Podría decirse, con un lenguaje en uso de tiempos idos: “¡Fueron por lana y volvieron trasquilados!”.-