Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy
- walter.celina@hotmail.com
09.10.2012
Nada más apartado del mundo de los sueños y sus
interpretaciones. Sin conexión alguna con la numerología o los juegos de azar.
Ninguna vecindad con el antiguo y reidero film de Antonio de Curtis, Totó, el formidable artista de la escena
italiana. El camino de mi relato es muy otro.
En el caso a tratar, más que del simbolismo
reconocido a la frase de cabecera, ¡habría que hablar de “el muerto que canta”!
Está en prensa una historia gardeliana.
El Licenciado Eduardo Cuitiño, de la Universidad ORT de
Uruguay, en una minuciosa investigación expondrá a la consideración pública sus
conclusiones acerca de la vida de Carlos Gardel. Para ello se ha basado en la información
existente, agregando el resultado de estudios originales. Esta vez, con el
instrumento de la matemática integrada a la historia.
En la antesala del evento, en setiembre último,
presentó en el auditorio universitario un resumen del trabajo en el cual, a
partir de las dos hipótesis sobre la nacionalidad original de Carlos Gardel,
derivó nuevas e importantes conclusiones.
Medidas antropométricas
que constan en expedientes oficiales, fotografías personales y de edificios
escolares fehacientes, declaraciones fidedignas de actores históricos,
caracteres físicos y de personalidad vistos desde la óptica biológica, cotejos
fisonómicos de familiares presuntos o auténticos, confrontaciones grafológicas de
documentos y evidencias recientes -muchas de ellas obtenidas por la estudiosa
gardeliana Martina Iñiguez- y otras más, caen bajo la apreciación del Lic.
Cuitiño.
Puede sostenerse ya que la asociación coherente
de los datos que está ofreciendo conlleva al estallido de la hipótesis francesista, apartando a Charles Romuald
Gardes -hijo natural de Berthe Gardes- de su otro
hijo de adopción, nuestro Carlos Gardel.
Esbozaré algunas verificaciones y
contradicciones flagrantes que ventila el analista.
AUSENCIA DE CONCORDANCIAS
En una primera mirada, el niño Charles Romuald
Gardes nació de madre soltera el 11 de diciembre de 1890, en un hospital
francés La parturienta permaneció internada 25 días ante el abandono de que fue
objeto por su familia. El supuesto progenitor, de nombre Pierre Laserre, no
reconoció al niño. Berthe Gardes, tras la muerte de Carlos Gardel, en un
reportaje con fotografía, exhibe sobre una mesa de luz el retrato del hombre
que la agraviara. ¿Sería este el padre de quién? ¿Acaso de Carlos Gardel,
nuestro cantante? Tal vez, no. ¿De Charles Romuald? Quizás…
Cursando su adolescencia, en setiembre de 1904,
el joven es detenido por vagancia. Declaró haber llegado a Buenos Aires en
1891, pero los registros de embarque dan su ingreso en 1893. En la comisaría tuvo
dificultad para calcular su edad y deletrear su apellido. ¿Quién era este
muchacho cuyos datos no se compadecen con el de un pupilo enclaustrado, alumno
10 en todas las materias? El registro da un detalle importante de la persona,
como se verá más adelante: medía de altura 1,60 mt.
LAS SEÑALES BIOLÓGICAS
Si Paul Laserre fue el padre de Carlos Gardel
¿cómo pueden explicarse ciertos rasgos biológicos del cantante? Para esta cuestión
el indagador endereza una batería de preguntas que sólo la ciencia médica puede
desentrañar, ya que por el azar no se explica nada.
Las respuestas inclinan el platillo de la
balanza a favor de la nacionalidad uruguaya del gran artista. Todo esto habrá
que verlo en el libro con sus particularidades.
Entro, apenas, en interrogantes que internan en
el asunto: ¿Por qué parecía no envejecer? ¿Por qué tenía una voz tan
diferenciada? ¿Por qué carecía de barba y vello corporal? ¿Por qué Isabel del Valle -la novia de siempre-
aseveró que su carácter parecía “el de un
niño”? ¿Por qué carecía de los terceros molares, los “del juicio”? ¿Qué
pudo determinar que no se casara, ni tuviera hijos? ¿Qué factor empujaba a
acelerar su peso?
Este es un perfil inédito de las
investigaciones sobre El Zorzal Criollo.
Por las huellas digitales el detenido de 1904
era Carlos Gardel, no el francés. Midió 1,60. En 1924, al tramitar la Libreta de Enrolamiento,
su altura -sin zapatos- era de 1,64.
Se reputa como un absurdo biológico y estadístico
que el individuo crezca sólo 4 centímetros entre los 14 y 20 años. El error
surge del equívoco de dar por sentado que Carlos Gardel nació en diciembre de
1890. Y, si no nació en 1890, la famosa partida de nacimiento de Francia, no le
corresponde. Es de otro sujeto.
Según Berthe Gardes, Carlitos desaparece de su
casa cuando tiene 14 años. Un día lo ve
sobre un carro con un traje de hombre. Las mangas del saco se las habían dado
vuelta hasta el codo. Dice que era menudito.
Una comparación que relaciona medidas de brazos
y antebrazos por edades lleva a la conclusión que el traje del que hablara la
Sra. Gardes tendría que haber sido el de un
gigante. Sí, de un individuo cuya altura superaría los 2,26 metros…!
Asimismo y contradiciendo a la señora, una
fotografía de casa El Indio, de Av. 18 de Julio, en Montevideo, tomada en 1905,
nuestra un Carlitos juvenil, de excelente aspecto, con traje y sombrero, mayor
a quien hubiere nacido en 1890 y, nada diminuto.
COTEJO DE FOTOS DIVERSAS
Si a la Sra.
Martina Iñiguez le correspondió hace unos años el mérito de
descubrir alteraciones de fotografías, ahora Eduardo Cuitiño recuerda que el
investigador español Marcelo Martinez reveló que Berthe Gardes trucó fotos de Paul
Laserre y Paul Gardes, en un juego para tomar la herencia de su hijo adoptivo
Carlos Gardel.
Se remarca que fue en la Escuela Pública Nº
27, de Montevideo, (emplazada entonces en Durazno y Médanos), en que fue
captada la toma del niño Carlos Gardel, formando parte del colectivo de
educandos. Resonante hallazgo de la investigadora correntina.
Otro capítulo está dedicado a mostrar las
semejanzas entre Gardel y su familia uruguaya. Los cortes establecen las
concomitancias faciales con su madre, María Lelia Oliva; con su tío, Clelio
Oliva; con Juan Bautista Oliva, su abuelo; con Carlos Segundo Escayola Oliva,
su hermano.
TESTAMENTO FALSO
Una revelación impactante tiene que ver con la
falsedad del testamento hológrafo (el
de puño y letra) atribuido a Carlos Gardel.
Se dio judicialmente por bueno, pero ello no lo
santifica históricamente.
El investigador considera que su caligrafía es muy
diferente a la de Gardel. Se trataría de un esmerado collage. Advierte similitudes
letra a letra, pero se pierde la cohesión en las palabras de trazo largo.
En estimación del autor, la maniobra habría
permitido cobrar en un año 800 mil dólares, equivalentes a 6 millones de
dólares actuales.
“GARDEL, IL MORTO CHI PARLA”
El Licenciado Eduardo Cuitiño se ha integrado
con fuerza al círculo gardeliano. Es profesor universitario en matemática y
estadística.
“Gardel, il morto chi parla” es el título de la obra, de inminente
lanzamiento. Profundiza en aspectos de la vida de El Mago que han sido objeto de dos hipótesis encontradas: la que lo
revela nacido en Uruguay y la que lo niega,
considerándolo francés.
“Hay cosas
que los historiadores no pueden ver pero que, sin embargo, las matemáticas sí
pueden llegar a analizar”, sostiene
el catedrático. Aunque para los menos avisados pueda sonar extraño “este no es un punto difuso en la tesis del
origen uruguayo de Gardel” ha remarcado.-
1 comentario:
MORTO CHE PARLA (NON CHI ...)
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